Mi manera de trabajar se centra en el aquí y ahora, pero
para entender muchas cosas necesitamos hablar de nuestra
historia.
La psicoterapia
consiste en hacernos comprender y aceptar cómo somos
y aprender a resolver las dificultades que se nos presenten en
la vida.
Todas las emociones son adaptativas incluso algunas que consideramos
negativas es importante sentirlas y reconocerlas para poder desarrollarnos
personalmente.
La clave es aprender a controlarlas para poder
adaptarnos a las circunstancias que nos presente la
vida.
Las dificultades que mayormente presentan los adultos tienen
que ver con ansiedad, depresión, dificultad en habilidades
sociales, sueño, autoestima e inseguridades.
La psicoterapia puede ayudarte a sobrellevar
algunas de las enfermedades crónicas que padecemos; nuestras
emociones repercuten directamente en nuestro cuerpo y lo que
le pasa a nuestro cuerpo genera un pensamiento y una emoción.
Es por esto que la clave es la integración entre estos dos conceptos:
cuerpo y mente.
La etapa de la adolescencia se encuentra entre la niñez y la
etapa adulta y a veces es complicado atravesar esta etapa si
no tenemos las herramientas adecuadas que pueden influir
directamente en la dinámica familiar:
Con los niños se trata de hacer una evaluación exhaustiva de
la historia del niño para poder hacer una intervención
eficaz. Las sesiones se irán intercalando entre padres e
hijos para poder dar a los padres las pautas adecuadas y
mejorar la conducta de los padres mejorando así la dinámica
familiar.
Tras 14 años de experiencia trabajando con personas con
diversidad funcional puedo decir que lo más importante es VER A LA PERSONA CON SUS CAPACIDADES
tras la “etiqueta” que solemos poner.
Si hacemos una buena evaluación personal y del entorno donde
se desenvuelve: familiar, social y laboral podemos ayudarle a
adquirir, mejorar y reforzar/mantener sus capacidades para el
mayor desarrollo de su autonomía e integración en su comunidad.